viernes, 8 de octubre de 2010

MARIO VARGAS LLOSA: PREMIO NOBEL 2010

Escribe: Feliciano Padilla

Una noticia grata nos sorprendió la mañana del jueves 07 de septiembre: Vargas Llosa, Premio Nóbel de Literatura. Decimos nos sorprendió, porque con tantas postergaciones con las que la Academia Sueca trató su postulación, habíamos perdido la esperanza de que, en algún momento, pudiera lograrse esta distinción mundial. Finalmente, se hizo justicia con este compatriota que hizo de la literatura una forma de vida y un modo particular de percibir el mundo.

Su vida es un ejemplo permanente de vocación literaria. Ha demostrado al mundo que el escritor es fruto de su propio esfuerzo y; la obra literaria, resultado de un trabajo arduo, sacrificado y prolongado. Acaba de responder ante una pregunta de la televisión hispanomericana que sus novelas, sus cuentos, sus ensayos e, incluso, sus artículos menos pretenciosos, son el resultado de un trabajo “duro” y disciplinado, y no fruto de alguna inspiración imprevista.

Así fue Mario Vargas Llosa durante toda su vida. Todavía adolescente se dijo a sí mismo, con toda la carga de decisión posible: ¡yo quiero ser narrador! Desde entonces, ha hecho y sigue haciendo cuanto es posible hacer para convertirse en un gran narrador. Y lo logró. No, ahora, que ha ganado el Premio Nóbel, sino desde antes; desde las décadas de los setentas y ochentas hasta ser uno de los más grandes narradores en lengua española y en cualquier otra lengua. Por eso este galardón es el premio a la perseverancia, a la terquedad, a la decisión de ser narrador sobre todas las cosas.

Su obra constituida por 15 novelas, varias obras de crítica literaria, ensayos, artículos y una autobiografía, es una demostración de su talento creador, de su disconformidad con el entorno y de su necesidad de crear mundos alternos donde sus personajes denuncien actos violatorios de la condición humana desde la perspectiva ideológica vargasllosiana. Es cierto, muchos discrepamos absolutamente del Vargas Llosa político; recusamos su adhesión a la política neoliberal; pero, esta discrepancia no nos da derecho para negar su genio creador, su gran capacidad de convertir pasajes de la realidad en objetos literarios; es decir, su talento para transformar la realidad sumándole el “elemento agregado” que es la fabulación.

En esta apretada apreciación indicaremos dos elementos básicos más. El innegable dominio de Vargas Llosa sobre los recursos narrativos; vale decir, su exquisitez técnica que lo ha llevado a ser reconocido como tal en todas partes del mundo y; su manejo del lenguaje en todos sus niveles, según los requerimientos de sus personajes. Mario Vargas Llosa ha llevado la lengua española a su grado máximo de desarrollo tanto en el plano de la expresión como en el de la significación.

El Premio Nóbel que Vargas Llosa ha ganado es motivo de orgullo para los puneños y para los peruanos en general. No olvidemos que el Perú es una sociedad multilingüe y pluricultural. Cabemos en la sociedad peruana quienes son de la cultura criollo-occidental ubicada en la costa; también, estamos los quechuas, los aymaras, poqras, chancas y más de sesenta grupos étnicos diseminados a lo largo de la amazonia peruana. Vargas Llosa no es quechua ni aymara, pero es un peruano que, como millones de compatriotas nuestros, ha asimilado y se ha formado en la cultura occidental. Si somos capaces de reconocernos a nosotros mismos como andinos, seremos capaces de reconocer sin rabia, ni rencor a los que no lo son, en tanto lo occidental es un componente formativo de la cultura andina, aunque el elemento de mayor significado sea lo “indígena recreado”. Lo demás, aunque se diga del modo que se diga, es un racismo disfrazado.

Por estas consideraciones nos sentimos orgullosos de Mario Vargas Llosa y, compartimos junto con todos, la alegría que ahora embarga los corazones peruanos e hispanoamericanos. Pero ¿cómo es posible?, dirán algunos. ¿Acaso en sus novelas Puno no aparece como un lugar de castigo? Yo pregunto ¿Es posible confundir al personaje con el autor? El razonamiento expreso manifestado por los personajes ¿puede llevarnos al razonamiento del autor o solamente al significado del texto? Entonces, repudiemos, pues, a sus personajes, con la atingencia de que quizá no hicieron más que recoger una idea generalizada entre los militares y otros servidores públicos que consideran así a nuestro Puno querido. Y si algo puede amenguar esa idea expresada por sus personajes respecto de Puno es el hecho de que: el Premio Nóbel de Literatura 2010 sacó a Carlos Oquendo de Amat de las sombras en que la crítica oficial y oficiosa lo había arrinconado durante tanto tiempo. Recordamos con emoción aquel histórico discurso que pronunció con ocasión de recibir el Premio Rómulo Gallegos y con el que puso en el lugar que le corresponde al autor de “5 Metros de Poemas”.

En las dos últimas décadas ya hicimos el análisis de su nefasta ideología política y lo seguiremos haciendo, pero, en esta hora de alegría generalizada llenémonos de contento, empachémonos de felicidad porque Vargas Llosa lo vale, y el Premio Nóbel, también. ¡Enhorabuena!

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