Este es el título de una monumental publicación de 325 páginas financiada por la Municipalidad Provincial de Carabaya y por el gobierno del Estado de Vorarlberg/ Austria, debidamente ilustrada, acerca de la provincia de Carabaya, que últimamente viene circulando en las instituciones públicas y privadas de Puno, así como entre los principales intelectuales del país.
La autoría le corresponde a Rainer Hostnig, un prestigioso investigador nacido en Austria, en 1949, quien se hizo famoso en la comunidad científica a raíz de sus estudios del arte rupestre peruano iniciados desde la década del 80 y, particularmente, desde 1985, año en que Rainer Hostnig empieza a realizar investigaciones en nuestro país. Como fruto de este arduo trabajo publicó un libro con el título de “El arte rupestre del Perú: inventario nacional”, una obra enciclopédica de enorme importancia, que actualmente ocupa un lugar especial en la Biblioteca Nacional del Perú. Luego viene sus investigaciones en la amazonia peruana y su obra “El arte rupestre de Pusharo”. Pusharo es un escenario rupestre extraordinario de la selva amazónica de Madre de Dios. Le anteceden y continúan a este libro muchas obras dentro y fuera del país, particularmente las que realizó en Guatemala. Por estas razones, Rainer Hostnig no es un viajero curioso o un autor improvisado, sino, alguien que sabe lo que hace y lo que busca, consciente de que sus logros han de redundar en beneficio de la ciencia y del desarrollo de los pueblos.
Mancy Rossel Angles, la alcaldesa actual de Carabaya que cofinanció la edición de esta obra monumental, también es una profesional muy reconocida en el magisterio puneño. Éramos jóvenes en la década del ochenta y fue en esa época que la veía de continuo en manifestaciones y huelgas defendiendo con lealtad los derechos de los profesores y enfrentándose con valentía ante la prepotencia de los gobiernos de entonces. No sé qué obras materiales habría hecho Nancy Rossel durante su período como alcaldesa. Estoy seguro que las carreteras y los puentes que construyó se deteriorarán y hasta se caerán con el tiempo. Pero, esto que ha hecho Nancy Rossel, que es el alma de Carabaya, no morirá jamás. Si los alcaldes pensaran un poco, solamente un poquito como Nancy, habrían hecho cien veces más que los parques que construyen, mil veces más que las calles que pavimentan. Sin embargo, comprendo que eso es pedir peras al olmo. Es más, los alcaldes creen que los seres humanos sólo nos alimentamos de elementos materiales y, nada más. Las necesidades del espíritu y el alma del pueblo, cuyas soluciones serían el soporte de cualquier progreso económico nunca son tomados en cuenta. Y como se necesita tan poco presupuesto para trabajar en esta línea, pareciera que los regidores no le dan importancia porque a tan poco dinero no habría como sacarle ninguna tajada; en cambio, al presupuesto de una obra grande de infraestructura, sí. Quizá esta sea la explicación más racional de por qué los alcaldes no dan ninguna importancia a obras relacionadas con la cultura.
“Carabaya: paisaje y cultura milenaria“ comprende 10 capítulos aparte de una información turística que se encuentra en ANEXOS y, naturalmente, concluyen con el glosario y la bibliografía correspondiente. Los capítulos tienen los siguientes títulos: Contexto geográfico y socioeconómico, sinopsis bibliográfica, contexto histórico, patrimonio arqueológico, patrimonio arquitectónico virreinal y republicano, las montañas sagradas, los bosques de roca (caprichos de la naturaleza tipo Tinajani), minas y lavaderos de oro, el patrimonio biológico y, finalmente, técnicas y ceremonias agropecuarias ancestrales.
No puede decirse qué capítulo es más importante que otro. Todos contienen una información valiosa. Constituyen elementos imprescindibles de la estructura textual. Vale decir, le dan un carácter sistémico, en tanto que, sin uno de ellos, le faltaría organicidad y unidad.
La obra tiene un carácter científico innegable. Si examinamos el capítulo II, cuyo título es “Sinopsis bibliográfica” y la bibliografía general que está en la última parte del libro, no podemos sino que admirar la rica e importante bibliografía revisada que viene desde los cronistas Garcilaso de la Vega, Guamán Poma, Santa Cruz Pachacuti, pasando por todos los estudiosos de nuestra cultura milenaria hasta la inserción de los trabajos de investigadores extranjeros que llegaron a Macusani con el fin de estudiar su geografía y su cultura, tales como Raimondi, NordenskiÖld, Evelyn Ina Montgómery, Alain Deletroz Favre, Jean Louis Christinat, Dominique Hervé, Bruce Graham y muchos más. Esta relación de investigadores y libros y, la bibliografía presentada, le otorgan un carácter serio, técnico, que le asegura un lugar especial en la comunidad científica.
“CARABAYA: Paisajes y cultura milenaria” es una información científica apoyada por un material fotográfico impresionante, tan valioso como la misma información textual, así como por ilustraciones, mapas y croquis, a todo color. Las fotografías pertenecen a los archivos de Rainer Hostnig y otras fuentes cuyos créditos se mencionan al final del libro. Las fotografías por sí solas son dignas de permanecer en un museo, pero, gracias a la tecnología, ahora, podemos verlas a lo largo del libro. También, es importante mencionar que pude encontrar un autorretrato de Martín Chambi (años 40 del siglo pasado) posando en la localidad de Coaza, su pueblo natal.
Gracias a esta obra se confirma nuestro conocimiento de que Carabaya posee un legado arquelógico, histórico, cultural y natural de riqueza envidiable. Se constata por la exposición y la presentación de fotografías, un arte rupestre milenario, restos de aldeas y pueblos fortificados, construcciones funerarias, caminos empedrados, puentes de piedra y andenerías que nos hablan del gran aporte de Carabaya en el desarrollo de la cultura altiplánica. La belleza física de Carabaya constituida por cordilleras, pampas y una selva exuberante; la gran riqueza mineral que guarda sus montañas sagradas y sus ríos torrentosos garantizan el desarrollo sostenible de esta provincia que, ahora, se encuentra abandonada por obra y gracia de los gobiernos de turno a nivel nacional y regional. Sin embargo, debe destacarse la lucha de los pueblos carabaínos por defender el territorio donde recrean su cultura desde hace miles de años. En realidad nadie se opone a la inversión que trae progreso bajo condiciones de seguridad ecológica de aquellos espacios, sino, a la voracidad desmedida de los capitales transnacionales que, en su intención de acumular más y más ganancias, arrasan el territorio y contaminan sus suelos, sus ríos, lagos y atmósfera, deteriorando y acabando poco a poco la vida de sus pobladores originarios.
Este libro le falta a la Región de Puno. Le falta a cada provincia. Es cierto, existen algunas monografías y esbozos históricos escritos en el siglo pasado o hace algunos lustros. Sin embargo, requerimos de un trabajo como este y, necesitamos, también, un investigador como Rainer Hostnig. Ojalá alguna vez. Entre tanto, felicitaciones para Rainer. Nuestro agradecimiento al gobierno del Estado de Vorarlberg/ Austria y, como no, felicitaciones a la alcaldesa Nancy Rossel Angles por haber comprendido la importancia de este libro colosal y por haberlo cofinanciado.
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